La peor violencia es el hambre

por Huerquen

Este lunes 8 de julio, organizaciones de lo más diversas se autoconvocaron en todo el país para denunciar la profundización de la crisis alimentaria que sufre nuestro pueblo de la mano de las políticas del gobierno de Javier Milei. Un clamor heredero de aquel que decía “El Hambre es un Crimen”, este grito colectivo plantea que La Peor Violencia es el Hambre. Más aún en un país que se jacta, hacia adentro y hacia afuera, de ser potencia agroexportadora, pero donde hoy mismo millones de compatriotas sufren el hambre, la malnutrición y un largo rosario de dificultades para acceder a esos platos de comida, nutritivos, saludables, justos y soberanos.

Esta situación no nació con Milei en el gobierno, pero sí es escandalosa su profundización por las políticas de ajuste que viene llevando adelante, condimentadas por dosis crecientes de crueldad y desidia a las que nuestra sociedad no estaba acostumbrada. Este brutal ataque a los derechos humanos de las mayorías más necesitadas asumió distintas formas, desde sacarle la comida a los comedores populares y dejarla vencer en depósitos, hasta el desmantelamiento de políticas públicas fundamentales para construir nuestra Soberanía Alimentaria.

El plato de comida frente a cada argentino y argentina, sobre todo para nuestras niñeces, constituye la primera constatación de que somos una nación que se cuida a sí misma, y por lo tanto es digna. Su falta nos interroga en una dimensión existencial. Y justamente en este sentido, el ajuste de Milei es coherente con la entrega de nuestros bienes comunes al gran capital nacional y extranjero, y la pérdida de soberanía. Buena parte de los territorios donde flamea la celeste y blanca se ofrecen como zonas de sacrificio para el extractivismo corporativo; sabemos que esta historia de saqueo se conecta íntimamente con los platos de comida que faltan.

Pocas horas antes de celebrarse un nuevo aniversario de la Declaración de la Independencia Argentina, Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, con una larguísima trayectoria en defensa de los derechos populares, y uno de los grandes convocantes a esta articulación nacional contra el hambre, estuvo en Plaza de Mayo y decía lo siguiente:

Imagen: Huerquen

 

«Vamos a pedirles a ellos después compartir el pan y compartir el espíritu y la libertad, porque la libertad es la gran fuerza de amar, amar a nuestro prójimo, amar a nuestro pueblo. Esto es lo importante. Entonces, voy a dar la lectura a este breve documento, pero también hay otros documentos que lo vamos a compartir, que tiene más análisis de la situación actual.

«Esta campaña nace en todo el país, por la grave situación de emergencia alimentaria. Se están cerrando las fuentes de trabajo y se está marginando al pueblo. El pueblo argentino está atravesando por una situación de emergencia alimentaria, debido a la política neoliberal impuesta por el gobierno nacional. No es posible que en nuestro país productor de alimentos haya niños, niñas, jubilados, sufriendo hambre. Sumado a esto el incremento de los despidos producto de la suspensión de obras públicas, el cierre de programas del Estado, como el Pro Huerta, el programa de la agricultura familiar, el alimento de los pueblos originarios y de muchos comedores comunitarias, así como el cierre de fábricas, y PyMEs que se ven agobiadas por políticas que no solo no las protegen si no, muy por el contrario, alientan la concentración de la riqueza en unos pocos. Hace que la situación lleve al aumento de la pobreza, la indigencia y el hambre, a muchas familias que tengan que vivir en la calle, lo que provoca el aumento de las enfermedades físicas y psicológicas, la falta de respuestas  del Estado, induce al incremento y dependencia de las drogas, con graves consecuencias para la población, y muy en particular afecta a los jóvenes.

«El gobierno se niega a distribuir las miles de toneladas de alimentos que guardan galpones, diciendo que son para emergencias de catástrofe, lo cierto es que el país atraviesa la catástrofe del hambre, y aún así se niega a distribuirlo a los comedores comunitarias y organizaciones solidarias. Los alimentos son del pueblo, y no de los gobiernos.

«Frente a esta grave situación de emergencia alimentaria y social junto al SERPAJ realizamos un llamamiento a la conciencia y corazón del pueblo para autoconvocarnos todos y todas, en todo el país, desde La Quiaca a Tierra del Fuego.

«Es necesario hacer memoria de la solidaridad del pueblo argentino, que se pone de manifiesto en situación de crisis social que vivimos en el país, es necesaria la unidad en la diversidad de todos los sectores del pueblo, más allá de los intereses sectoriales y políticos. Tenemos la responsabilidad de tender una mano fraterna a los que menos tienen, el desafío es poner el amor en acción y no hablo de cualquier tipo de amor, no es solo aquello que nos aman, sino el amor a nuestro pueblo, el amor a un niño, a nuestros hermanos indígenas a hombres y mujeres de nuestra patria, que no falte el pan de cada día en ningún hogar en nuestra patria.

«En la Plaza de Mayo están los representantes de diversas religiones, a quienes les pido, bendecir el pan para compartirlo con el pueblo. Ahí hay una canasta con panes que después compartiremos. También, a la libertad para superar el hambre y poner este amor en acción. No hay seguridad alimentaria sin soberanía alimentaria. Y esto hay que tenerlo claro. Tenemos que apoyar a nuestros campesinos, a los medianos y pequeños productores rurales, que garantizan el alimento de nuestro pueblo. El pueblo también tiene hambre y sed de justicia social, también el pueblo tiene hambre y sed de justicia ambiental y respetar esto es muy importante, las semillas nativas y el derecho de los pueblos originarios por el derecho e igualdad de todos y todas. El pueblo también tiene hambre y sed del bien común y la vigencia de los derechos humanos en la construcción democrática.

Imagen: Huerquen

«Esta concentración de aquí se está repitiendo en muchas provincias, en muchos rincones de la patria. Esta campaña que denominamos “La peor violencia es el hambre” donde chicos y chicas de diversas organizaciones compartirán el pan en la plaza y pedimos a los hermanos y hermanas en todo el país que compartan el pan con los que menos tienen. Los niños no son un peligro, están en peligro en una sociedad que los margina y somete a la violencia, pero hay diputados y diputadas que quieren bajar la edad de imputabilidad de los niños, lo que tenemos que hacer es protegerlos, y que no le pierdan la sonrisa a la vida y la esperanza.

«Les pido a los representantes de las religiones, después de esto, que puedan designar un día, una jornada de oración y reflexión sobre las consecuencias del hambre sobre nuestro pueblo, la salud, la educación, los valores y los derechos de nuestra sociedad. El desafío es buscar caminos alternativos y concretos para revertir el retroceso y la especulación financiera. Y hacemos también un llamado a los empresarios, a las grandes corporaciones, para tender una mano fraterna a los que menos tienen. La creatividad del pueblo es fundamental, como son las ollas populares, las asambleas barriales, los trueques, convocamos a los artistas de todas las disciplinas que puedan compartir también esta campaña. El gobierno no puede ignorar que detrás de los números hay rostros de niños y niñas, de jubilados y jubiladas, de hombres y mujeres que reclaman su derecho a una vida justa y digna. Este gobierno parece que se olvidó de esto. El país está sufriendo, por eso pedimos se declare la emergencia alimentaria y llamamos a la resistencia no violenta para superar las injusticias y el hambre de nuestro pueblo y para defender nuestra soberanía alimentaria. A los hermanos y hermanas de todas las provincias de nuestro país le enviamos un fraterno abrazo deseándole mucha fuerza y mucha esperanza. Le pediría a los representantes religiosos que si pueden bendecir el pan que vamos a compartir y que nos va a dar fuerza y para anuncia un nuevo ¿?? para la República Argentina, para cada habitante de esta tierra. La democracia no se regala, la democracia se construye y nosotros somos responsables de esta democracia, así que mucha fuerza y mucha esperanza y como decimos todos, ¡Hasta la victoria, siempre!

Ciudad de Buenos Aires, julio de 2024

Imagen de portada: María Laura Pirraglia (@pirraglialaura)

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María Laura Pirraglia

 

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