A 29 años de su fundación, se realizó la Fiesta Provincial de las Ferias Francas de Misiones, donde los productores de alimentos buscan una respuesta a la crisis. Otras asociaciones y cooperativas siguen los mismos pasos, apostando a la comercialización. La agricultura familiar, un sector golpeado como nunca por el gobierno de Milei. Escribe: Eduardo Silveyra.
En el año 1995 la provincia de Misiones atravesó una crisis productiva, ocasionada por las políticas neoliberales implementadas por el menemismo, para sortear esa crisis, el Movimiento Agrario Misioneros (MAM) buscó nuevas estrategias que le permitieran al productor misionero tener otras alternativas de comercialización, con las cuales continuar la lucha. Esa búsqueda posibilitó el surgimiento de la primera Feria Franca en la ciudad de Oberá, con tan solo siete productores integrantes del MAM y vinculados al programa Cambio Rural del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Programa Social Agropecuario y el apoyo de la Iglesia Católica. Tal como narra uno de los fundadores, Eugenio Casalaba: “Viajamos a Santa Rosa en Río Grande do Sul, donde con algunos productores y dirigentes del MAM, tomamos contacto con integrantes del Movimiento de los Sin Tierra y en el intercambio de experiencias, copiamos el modelo de las Ferias Francas, que ellos patrocinaban en sus territorios. al regresar, contamos con el apoyo de la Municipalidad de Oberá, se concretó la idea y un 26 de agosto comenzó a funcionar la primera Feria Franca”.
Con el paso del tiempo, las Ferias Francas se convirtieron un emblema de la agricultura familiar misionera y en una herramienta para impulsar la economía de la región, si se tiene en cuenta que en la actualidad funcionan más de 70 ferias repartidas en 55 municipios de la provincia, donde participan unas 3.000 familias de agricultores generando trabajo y arraigo rural.
A 29 años de aquel momento histórico, transitamos la ruta 12 junto a Oscar Mathot y su compañera María Inés, dos experimentados militantes del universo agrario y político. Vamos rumbo a Jardín América, allí, en la Plaza Colón, se realizará la Fiesta Provincial de las Ferias Francas de Misiones. Al llegar, una veintena de puestos se desparraman en circulo sobre el escenario de la plaza, el colorido de las producciones de frutas y verduras llena los ojos, algunos feriantes y feriantas, se agrupan bajo la sombra de los gazebos para compartir un mate y una conversación, en la cual la palabra “crisis” asoma no como un fantasma, sino como una presencia real que azota y pega fuerte a los pequeños productores. En una de esas ruedas, lo encontramos a Eugenio Casalaba, histórico ex dirigente del MAM y fundador de la primera feria en Oberá. En realidad, se trata de un reencuentro luego de muchos años, después de los saludos y abrazos, nos cuenta que: “El encuentro de Ferias Francas hacía ya nueve años que no se realizaba, el último fue en Oberá, donde vinieron productores de todas las provincias del país, una verdadera fiesta, pero después vinieron cambios de gobierno, la pandemia y otras cosas que influyeron para que no se realizaran. Pero hoy, gracias a la Secretaría de Agricultura Familiar de la provincia, estamos aquí no solo festejando, sino también tratando de sortear esta crisis, en la cual el gobierno nos ha metido. Es doloroso ver, que los productores no hayan reaccionado y que no hayan sacado un documento de repudio a las políticas que implementa el gobierno nacional. Ha bajado el consumo y también las ventas. En las ferias se vende un poco caro, porque el productor tiene que compensar los gastos de los insumos y traslados. Mucha gente ha perdido sus sueldos y los que aun los tienen, perdieron poder adquisitivo. Con el cierre del INAFCI se han cortado todas las políticas hacia el sector, está claro que el presidente Milei, goza con la pobreza de la gente”.
Continuamos la ronda y pasamos por puestos de productoras que han agregado valor a sus producciones de mangos y pepinillos, hay frascos de dulces y pickles, muy tentadores, allí nos detenemos a hablar con Verónica Zurakosky, integrante de la Asociación Civil Mujeres Soñadoras de Aristóbulo del Valle quien nos dice: “No tenemos ayuda del gobierno nacional, no hay políticas públicas de apoyo a los productores, es muy triste lo que está pasando. Es muy difícil hacer cosas y generar trabajo, el desguace del INAFCI nos afectó mucho, ojalá se escuche la voz de los pequeños productores, porque la situación puede empeorar”.
Una opinión coincidente con la de Víctor Zamudio, un criollo misionero productor de citrus en Montecarlo, hombre curtido por soles y lluvias a las que da batalla, que se suma a la conversación y opina: “Hoy atravesamos muchas dificultades, entre ellas la falta de incentivos. No hay políticas públicas nacionales, solo hay política de subsistencia. Yo soy viverista, en el 2011 el SENASA nos cerró el vivero para favorecer a la agroindustria y hasta hoy no volvimos a abrirlo. Estamos en una crisis muy complicada y la salida a todo esto es una cuestión productiva, con el estado acompañando al pequeño productor. El cambio debe surgir de nosotros mismos”. Un pensamiento que también comparte Alejandra Servín, una joven de 28 años nacida en los albores de las ferias. Oriunda de Santa Ana e hija de feriantes, es la primera mujer en ocupar el cargo de presidenta de la Asociación de Ferias Francas, su opinión es coincidente con la de Zamudio y la de Verónica, cuando dice: “En todas las crisis siempre hay alguien que se enriquece y siempre también hay gente que abandona sus tierras y migraciones, una de las soluciones a esto, es que Misiones tiene que ser abastecida por los agricultores familiares”.
Ya sobre el mediodía, protegidos por la sombra de una carpa se lleva a delante un acto de inauguración del evento, después de la entrega de plaquetas de reconocimiento a los fundadores de las Ferias Francas y otros actores relacionados con las mismas, intercambiamos unas palabras con Marta Ferreira, Ministra de Agricultura Familiar de la provincia que dice: “En la gestión pasada tampoco tuvimos financiamiento nacional, salvo en el programa para mujeres Nuestras Manos, si no fuera por la Secretaría de Agricultura Familiar de la provincia no tendríamos nada, el desafío que tenemos para continuar, es buscar financiamiento afuera”. Una opinión que en cierto punto es una verdad a medias, pues si bien el organismo provincial no recibió fondos importantes, sí los percibieron las distintas asociaciones y cooperativas de productores, que tal como destacaron en sus opiniones, hoy se ven perjudicados por el cierre del Instituto Nacional de Agricultura Familiar Campesina e Indígena.
La feria continúa, pero debemos partir de regreso con la sensación de que la respuesta saldrá de ese “nosotros mismos” que alguien dijo como un augurio prometedor. Porque una de las respuestas para enfrentar el empobrecimiento producido por las políticas de Milei es producir y vender en las ferias, ya sean francas o de otra modalidad. Como las que viene organizando la referente social y política de Gobernador Roca, Nidia Pintos, que preside la Cooperativa Pueblo Evita en dicho pueblo y que con acuerdos con distintos municipios monta ferias en las plazas o en las banquinas de la ruta. Nos encontramos con ella en la verdulería y frutería de la cooperativa y le preguntamos:
– ¿Cuál es la situación de la Agricultura familiar hoy en día en la provincia?
La verdad que hoy está dificilísimo, mucho peor que en los cinco años anteriores, podría decir con esa precisión, por una cuestión de que los precios de los insumos complican a los productores, porque no hay un equilibrio entre el valor de las producciones y los insumos. Y en este año en particular hubo un desequilibrio mayor donde el productor no le alcanza ni para sobrevivir con lo que produce y menos para cubrir esos gastos, ya sea desde el abono, la semilla y todo lo demás. La mayoría trabaja con sistema de riego con moto bombas donde se consume una cantidad importante de combustible y si no es combustible se usa electricidad, y el costo para pagar una boleta está demasiado alto, así que este año los productores están siendo perjudicados por todos lados. Ha habido una suma demasiado elevada y exagerada del aumento de las tarifas. Un aumento que no se traslada a las producciones, un productor hoy está vendiendo una docena de lechugas a $2500 para poner como ejemplo, donde tiene que vender 1000 docenas para cubrir algo de los insumos y ni hablar del flete y las herramientas de trabajo que tienen un costo importante.
– ¿El desguace del INAFCI los ha perjudicado?
-Sí, totalmente y de una manera importante. Porque el INAFCI hacia un recorrido general, un paneo y llevaba soluciones relevantes a los productores y por los trabajos en conjunto que se hacían por ejemplo con el INTA, con las Ferias Francas y porque las diferentes cooperativas presentaban proyectos y recibían insumos y eso facilitaba el crecimiento de los productores. Eran subsidios del estado sin devolución, esto daba margen para que se ampliaran las producciones y tener ganancias como para tener una vida más digna.
– ¿Qué pensás como salida a todo esto?
En estos tiempos, el gobierno nacional tiene una mirada muy liviana hacia la producción, que realmente los que sabemos lo que es producir y los costos y la importancia de la producción, porque no hablamos de cualquier producto; hablamos de la alimentación del pueblo, que eso es fundamental. Ya en la pandemia tuvimos una lección importante en cuanto a eso, porque si las colonias no producen las ciudades no comen. Y hoy, tenemos productores que están pensando en un abandono de sus tierras e ir a trabajar a otro país para poder sobrevivir y por ahí tienen un montón de producción acumulada y no la pueden vender. La salida es que el gobierno nacional escuche los reclamos y se pueda lograr un equilibrio entre los costos y los precios finales de los productos. Pero con este gobierno lo veo difícil, porque todo tiene que ver con quién maneja el estado y a qué intereses representa, está claro que este gobierno defiende otros intereses y esto se complica cada día más, reconstruir esto va a llevar mucho tiempo, no se va hacer de la noche a la mañana después de tanta destrucción. La salida, es seguir luchando.
Misiones, Octubre de 2024