Este 8 de marzo, en el marco de las actividades del Paro Internacional Feminista, las Unión de Trabajadorxs de la Tierra (UTT) realizó un verdurazo feminista y campesino frente al Congreso Nacional llevando una vez más el reclamo del tratamiento y aprobación de la Ley de Acceso a la Tierra. Un reclamo hermanado al de las compañeras de La Garganta Poderosa, quienes presentaron un proyecto de Ley para reconocer salarialmente a las cocineras comunitarias que sostienen ollas populares, comedores y merenderos en todo el país: reconocer el valor de trabajo de estas verdaderas guardianas y sostenes de entramados comunitarios tremendamente golpeados por la pobreza y desigualdad que reproduce un orden económico y social que tiene (también) al patriarcado en su núcleo.
Bajo un sol abrazador y este calor que nos recuerda minuto a minuto la concretud de la crisis climática que enfrentamos, las trabajadoras de la tierra de la UTT, productoras de alimentos que abastecen a las poblaciones urbanas, y las cocineras de las barriadas populares de La Poderosa, tramaron un guiso donde se huele rico otro mundo, sin opresiones de género, por color de piel o de clase.
Conversamos brevemente con Josefina Galán de la Secretaría de Género de la UTT.
Hqn: Es 8M, ¿Cómo están encarando esta jornada desde la UTT?
JG: Con este verdurazo frente al Congreso, estamos exigiendo una vez más la Ley de Acceso a la Tierra, ya! No queremos que haya ni una campesina más sin acceso a la tierra, necesitamos acceder a la tierra para generar alimentos sanos produciendo agroecológicamente, para generar autonomía para las compañeras, que tengan ese pedacito de tierra para ser dueñas de su trabajo, para generar dignidad en el trabajo y para poder darle de comer al pueblo.
Hqn: Es muy potente la unidad de las trabajadoras de las quintas y de las barriadas populares…
JG: Hoy también estamos acompañando a las compañeras de La Poderosa, que presentaron hoy un proyecto de ley por el reconocimiento salarial de las cocineras de los comedores populares y comunitarios. Bien sabemos que sin ellas decenas de miles de pibes y las pibas no tendrían cada día un plato de comida, y necesitamos que el Estado reconozca eso. Ese trabajo incansable, esa triple jornada laboral de ir a la olla, cocinar y después a su casa y también trabajar en todas las tareas de cuidado.
Entendemos que la lucha es una sola, que con esta unión entre el campo y la ciudad es que vamos a cambiar el mundo y vamos a lograr lo que nosotras queremos y necesitamos. Nuestro reclamo por el acceso a la tierra también va atado del reclamo de las compañeras por un salario digno por su trabajo, porque si nosotras no tenemos acceso a la tierra, no podemos producir alimentos sanos, ¿y después que le damos de comer a los pibes y las pibas, y a las familias en las ollas populares? Nos unimos en esta lucha, nos unimos para exigir una vida digna, necesitamos tener tierra y trabajo digno, y por eso nos encontramos en la calle, luchando, bancando nuestras banderas encontrándonos y otra vez poniendo el grito en el cielo para que la Ley de Acceso a la Tierra se haga realidad.
Acá podés escuchar a las compañeras!
Buenos Aires, 8 de marzo de 2023