#4D: organización colectiva frente al extractivismo

por Huerquen

Este 4 de diciembre, en más de 40 puntos del país, decenas de organizaciones socioambientales, asambleas, comunidades originarias y personas autoconvocadas se movilizaron simultáneamente para denunciar y poner en debate los modelos de mal desarrollo extractivistas que atraviesan nuestros territorios, preguntando(nos) “¿Hasta cuándo?”En Buenos Aires una multitud se convocó en el Obelisco para marcha a la Plaza de Mayo reflejando allí también la heterogeneidad y dinamismo de un espacio amplio de actores que busca avanzar en su articulación, justo en tiempos donde el negacionismo climático parece abrirse camino y donde las salidas que se plantean a la crisis son a costa de nuestros territorios y cuerpos. Escribe Karina Ocampo.

Imágenes de fotogalería: Patricia Rosas , Valeria Monti  y Rodrigo Lendoiro

 

 

Este 4 de diciembre decenas de agrupaciones se concentraron frente al Obelisco de la ciudad de Buenos Aires. La escena se repitió en otros cuarenta puntos del país, y con mayor intensidad en las ciudades que iniciaron las acciones de protesta en contra de los proyectos de extracción petrolera en el Mar Argentino.

La fecha era significativa, el 4 de enero de 2022 se había realizado la primera movilización multitudinaria del Atlanticazo en Mar del Plata y demás pueblos costeros, que tuvo su réplica en ciudades que no estuvieron ajenas a la causa. Desde entonces, ese día, cada mes, se repite el reclamo de Mar Libre de Petroleras. En esta oportunidad se sumó la planificación de una campaña que concentró las problemáticas de los diferentes territorios que tienen por común denominador el extractivismo, que promete intensificarse con el nuevo gobierno encabezado por Javier Milei.

Pese a la gravedad del contexto, o tal vez por esa misma razón, las redes humanas parecen fortalecerse con una inusitada voluntad de renovación. Las sonrisas y los abrazos abundaban en la tarde porteña del lunes. Las gotas que empezaron a caer ponían en riesgo algunos carteles con leyendas como “Basta de agrotóxicos, paren de fumigarnos”, o “Negacionistas, nunca más”. La caminata se inició encabezada por el 3er Malón de la Paz que desde Jujuy trajo sus wiphalas y sus cantos alusivos a la resistencia de los pueblos originarios.

El fin de la campaña no solo es denunciar el saqueo sistemático de los bienes naturales que realizan las corporaciones, con la participación necesaria de los gobiernos, también es un alerta para frenar la violación a los Derechos Humanos y un despertador de conciencias dormidas. “¡Decimos Basta! Al extractivismo que lleva adelante desalojos violentos a familias y comunidades con la complicidad de la policía corrupta y las fuerzas represivas del estado que asesinan y encarcelan a nuestros compañeres y hermanes, en complicidad con el poder político y judicial, que garantizan la impunidad de los represores, mientras procesan y persiguen a defensores de los territorios en todo el país”, decía el documento acordado, que se leyó en cada uno de los eventos que se propagaron por las regiones argentinas.

La campaña: ¿Hasta cuándo? ¡Basta de extractivismo!

La campaña había empezado a circular en redes sociales durante el mes de octubre, con flyers de un color rosado distintivo y la imagen del mar, una margarita o una abeja, con la sugestiva pregunta: ¿Hasta Cuándo?, acompañado por un texto que invitaba a sumarse. Aún no estaba definido qué candidato sería presidente de Argentina, era importante afirmar que se trataba de una acción, “plurinacional, antiextractivista, en defensa de la vida y de nuestros territorios”, que se hacía “gane quien gane”, para explicar que no se trataba de un reclamo partidario ni gremial, sino de un movimiento transversal.

Desde la coordinadora Basta de Falsas Soluciones (BFS), Paula Kaeser explicó a la Agencia Tierra Viva, «el extractivismo es cualquier actividad que se dedique a extraer, utilizar o explotar cualquier bien común sin consentimiento ni consulta a las comunidades que habitan en los lugares donde se hace esa extracción o explotación. Esas actividades avanzan sobre las comunidades sin tener licencia social y dejan un pasivo ambiental y enfermedades. Y esa localidad, pueblo o ciudad queda como una zona devastada».

La intención fue generar impacto y compartir información, denunciar las consecuencias de la megaminería, el fracking, los pueblos fumigados por los agrotóxicos de los cultivos transgénicos, la explotación offshore y el avance de la frontera agroindustrial, con la consiguiente desaparición de monte y humedales. La convocatoria tuvo amplia repercusión.

La palabra de referentes del ambientalismo como el filósofo y biólogo Guillermo Folguera, o los médicos Damián Verzeñassi y Facundo Fernández, del Instituto de Salud Socioambiental de Rosario o la politóloga Flavia Broffoni, sumaron interés y completaron la información en videos  sobre lo que significa el extractivismo y cómo afecta a los cuerpos y territorios.

Movilización, festival y resistencia

Entre canciones y consignas, la movilización avanzó por Diagonal Norte hacia Plaza de Mayo. Aunque algunos automovilistas arremetieron con sus bocinas durante los minutos que tuvieron que esperar para cruzar por la avenida, la mayor parte del trayecto se realizó ante miradas curiosas y fotos espontáneas hacia una columna diversa y colorida que le puso el cuerpo a la resistencia.

Ya en el espacio de la Plaza y después de una performance del movimiento Rebelión o Extinción (XR), se abrió el micrófono para las charlas. Le tocó abrir a la machi Betiana Colhuan, autoridad espiritual de la Comunidad Mapuche. Denunció el encarcelamiento injustificado de mujeres a lo largo de ocho meses, con el fin de perseguir y debilitar a la comunidad que se encuentra en Río Negro. “Nuestro territorio sigue siendo militarizado a favor del extractivismo, del turismo, la venta de espacios sumamente puros y limpios están siendo para los grandes terratenientes, Benetton, Lewis, grandes magnates extranjeros que tienen apropiado lagos enteros, como es Lewis”. La machi explicó que por eso estaban en Buenos Aires. Una vez más habían dejado su territorio y familias, “para venir aquí a reclamar al Estado Nacional que todavía está de turno, que cumpla con el acuerdo firmado”.

El acuerdo al que se refiere fue un compromiso realizado en junio por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) para devolverles, como pueblos preexistentes, un espacio ceremonial sagrado, un rewe dentro de su territorio ancestral. “Ese espacio es tan importante para nuestro pueblo, la Comunidad Mapuche, donde mucha gente enferma busca sanidad y buena salud. Ese espacio tan sagrado para nosotros está siendo vulnerado”. A cambio recibieron amenazas, causas por usurpación y encarcelamiento. “No podemos ser usurpadores de nuestro propio territorio, nos juzgan como terroristas. Sin embargo nosotros resistimos ocho meses de prisión y nunca dejamos de luchar y exigir nuestra libertad y la libertad de nuestro territorio que sigue siendo atropellado”.

Con un tono firme, la machi pidió que se termine con la estigmatización de su pueblo. “Somos pueblos resistentes que están en lucha y a favor de la vida, a favor de la vida de nuestros territorios para poder vivir dignamente, para poder vivir sanamente con nuestra familia, nuestros niños, para que puedan crecer nuestros niños con agua limpia, con agua pura, con aire puro en las montañas”. Antes de agradecer por las muestras de solidaridad, expresó que la defensa del agua, no es sólo para su propia comunidad, sino para todas las personas. “Es por eso que nosotros estamos en defensa de los espacios naturales y los territorios para que sigan siendo libres”.

Mientras que en Qatar se desarrolla por estos días la COP28, todavía existen sectores que ponen en duda el vínculo de los combustibles fósiles con el cambio climático, como el representado por el Sultan Ahmed Al Jaber, quien se refirió a la ausencia de “base científica” que lo demostrara. Voces críticas ecologistas cuestionan el greenwashing de este tipo de encuentros, en donde se comprueba que se han cumplido pocos de los compromisos asumidos en el Acuerdo de París para frenar las consecuencias de la crisis, advertidas en el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). La ONG Climate Action Network International (CAN) denunció la presencia de al menos 2400 lobistas de los combustibles fósiles presentes en la reunión internacional.

Argentina —entre otros países—, es tierra de sacrificio tanto para la extracción de gas y petróleo, como para los minerales de la llamada “transición energética”. Hoy los proyectos del “triángulo del litio” tienen su base en Argentina, Bolivia y Chile, y no parecen tener límites en la profundización del modelo. Lo denunció el 3er Malón de la Paz, una delegación de las comunidades originarias de Jujuy que llegaron a Buenos Aires hace cuatro meses para buscar respuestas frente a la modificación de la constitución provincial impulsada por el gobernador Gerardo Morales, que permitió la represión y el desplazamiento de sus territorios ancestrales.

“La ruta de Purmamarca ha sido lavada con sangre de los hermanos”, expresó una integrante del Malón de la Paz y recordó las balas de goma que impactaron en un centenar de víctimas y en los ojos de tres personas que protestaban cortando ese trayecto. Mencionó el desamparo que sufrieron en el campamento de Plaza Lavalle, y encadenados frente al Congreso en una huelga de hambre que nadie atendió. Nunca tuvieron la respuesta que buscaban pero ahí continúan con la fuerza que les da la tierra. Iber Sarapura, del pueblo Kolla de San Francisco, agregó: “En estos cuatro meses de lucha vinimos gritando con fuerza a todo el pueblo argentino que salgamos a defender el territorio, el agua”. Frente al micrófono, de espaldas a la Pirámide y la Casa Rosada, rodeado por wiphalas, elevó su voz al cielo gris: “Arriba los derechos, abajo las reformas. Jujuy de pie, nunca de rodillas”.

Solidaridad que transforma

La Plaza histórica de las Madres, un espacio ganado en la conciencia colectiva, fue también el escenario de la celebración a través de la música que continuó durante la noche ya destemplada de este inicio de diciembre.

Entre los asistentes se encontraba Francisca, una médica de familia. Como parte de la sociedad civil, cree que la lucha imprescindible es la ambiental. “Seguimos hablando del mismo sistema de siempre y estamos como en caída libre, no lo vemos, tenemos como el plano entrecortado, pero creo que el piso está cada vez más cerca”. Como personal de salud intenta no imponer, sino aportar otra mirada al sistema tradicional hegemónico para que se comprenda que estamos viendo una crisis sanitaria histórica, que no se está sintiendo todavía dentro del sistema médico. “Mi granito de arena está empezando a poner estos temas sobre la mesa, que no se puede tener un cuerpo sano en un territorio enfermo”.

Distintas voces plantearon no solo decirle no al extractivismo, sino construir alternativas. Celeste Fierro, diputada electa por el FIT-U en CABA, planteó “construir de forma colectiva con las comunidades y edificar una transición realmente energética con energías limpias. Ahí creo que vamos a poder discutir realmente teniendo una relación armónica con la naturaleza”. También se refirió al extractivismo urbano y la gentrificación, “donde destruyen los barrios para hacer grandes negociados, el negocio inmobiliario dejándonos sin espacios verdes, a espalda del río”. Algunos de los proyectos en los que trabajan con distintas agrupaciones de vecinas y vecinos son Tierra Ferroviarias Verdes, la defensa de la Costanera Norte y la Costanera Sur, “son proyectos que tienen que tener relevancia, cuando sabemos que los espacios verdes son completamente necesarios para una vida digna y sin embargo nos siguen privando de ese derecho tan elemental”.

Asambleas históricas como Jáchal no se toca, de San Juan, No a la Mina de Esquel, de Chubut, el movimiento Mar Libre de Petroleras, y Vecinxs de Exaltación de la Cruz unidos por “un partido sin venenos, agroecológico y con soberanía alimentaria”, compartieron sus respectivas movilizaciones en las redes sociales y le dieron visibilidad a un problema que es crucial, y los enfrentará a más mal desarrollo y negacionismo climático, pero con organización socioambiental colectiva que crece y va entretejiéndose.

Buenos Aires, 5 de diciembre de 2023

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